Masaje con piedras calientes.

Indicado para relajar los músculos, aliviar dolores y aportar bienestar, el masaje con piedras calientes es una integración entre masaje y termoterapia (terapia de calor). Las piedras utilizadas en este masaje tienen características muy específicas.

Se trata de piedras volcánicas, plutónicas y tienen en su composición elementos como magnesio y silicato de hierro.

El masaje con piedras calientes es una terapia milenaria, ya utilizada por los monjes chinos, budistas e indígenas en sus rituales sagrados y curativos. La aplicación de la piedra de tamaño y forma adecuados, con la correcta presión y manipulación por parte del terapeuta, proporciona los efectos beneficiosos de este masaje, desencadenando su acción terapéutica.

El masaje con piedras calientes es una técnica que involucra todos los sentidos, ya que se aplica con aceite caliente y aromatizado, generalmente con lavanda, geranio o una mezcla de aceites. La piedra se calienta, el masaje es manual y todo el conjunto induce al cliente a realizar el procedimiento más rápido.

Beneficios:

El calor, el contacto y la presión del masaje con piedras calientes sobre la superficie corporal desencadenan respuestas físicas de relajación muscular. Además, el procedimiento también se considera antiinflamatorio, ayuda a liberar neurotransmisores de bienestar por parte del cerebro, como endorfinas y encefalinas, que tienen efecto analgésico, y serotonina, que provoca bienestar y felicidad.

Otro beneficio del masaje con piedras calientes es una mejor vasodilatación, es decir, el aumento del riego sanguíneo y la consiguiente desintoxicación de los órganos internos de los órganos.

También aumenta el metabolismo celular y calma el sistema nervioso. Alivia los dolores musculares y menstruales, mejora la circulación y los problemas relacionados con las vías respiratorias, el cansancio, la depresión y la ansiedad.

El masaje con piedras calientes debe realizarse una vez a la semana.

Y atención: el procedimiento no debe realizarse en personas con cáncer, que presenten enfermedades dermatológicas, ni de piel, asma y bronquitis, cistitis agudas e infecciones de ningún tipo, heridas superficiales o profundas y durante el embarazo.